Lo primero que se debe tener claro es qué se quiere hacer, es decir, qué tipo de empresa, qué tipo de producto o servicio se quiere emprender, en definitiva, la idea de negocio.
No todas las ideas de negocio son viables. Cuando una idea de negocio viene a satisfacer una necesidad del mercado se denomina oportunidad de negocio.
Para averiguar si una idea de negocio es una oportunidad de negocio es necesario realizar un análisis de previabilidad, en el que se analizan el mercado y los recursos.
Una buena herramienta de análisis es el DAFO. La palabra DAFO responde a las iniciales de los cuatro factores que se indican a continuación:
- Debilidades: Análisis de los puntos débiles del proyecto y del emprendedor.
- Amenazas: Análisis de la competencia y los factores externas que puedan impedir el desarrollo del proyecto.
- Fortalezas: Análisis de los puntos fuertes del proyecto y del emprendedor.
- Oportunidades: Análisis de las oportunidades externas (ventajas competitivas), como pueden ser las referidas a clientes o mercados.
Si el resultado es negativo, la idea debe desecharse. Si por el contrario es positivo, es decir, si existe una necesidad en el mercado que su empresa puede satisfacer, entonces se trata de una verdadera oportunidad de negocio y procede realizar un estudio más detallado de viabilidad empresarial denominado plan de negocio o plan de empresa, que abordaremos en un momento posterior.
La oportunidad de negocio exige novedad, bien sea porque no exista en el mercado, bien sea porque existiendo, se presenta desde una perspectiva novedosa que le aporta valor añadido.
La novedad de la idea es lo que aportará a nuestro negocio el aspecto diferenciador respecto a la competencia, ya sea potencial o real, aumentando la probabilidad de éxito.