El autoempleo implica emprender una actividad realizada por cuenta propia, ya sea bajo la forma de una persona física (autónomo) o jurídica (sociedad).
Lo primero que se debe tener claro es qué se quiere hacer, es decir, qué tipo de empresa, qué tipo de producto o servicio se quiere emprender, en definitiva, la idea de negocio.
Antes de la puesta en práctica del proyecto, es imprescindible realizar un proceso de análisis y planificación en el que debe plantearse entre otras cuestiones el qué, con quién, cómo, cuándo, dónde, con qué y para qué, con vistas a obtener información sobre la viabilidad del negocio.