La contratación de profesionales por parte de cualquier empresa implica la puesta en marcha de un proceso compuesto por una o, frecuentemente, varias pruebas diferentes.
El objetivo de dichas pruebas es obtener todos aquellos datos e informaciones acerca de cada candidatura que permitan seleccionar a la persona cuyas características mejor puedan encajar en el puesto de trabajo ofertado.
Hay que tener en cuenta que no siempre estas pruebas las realizará la empresa que pretende incorporar personal. En muchas ocasiones, son otras compañías (consultoras de selección, empresas de trabajo temporal, etc.) las que llevarán a cabo la mayor parte del proceso de selección, dejando para la empresa que necesita incorporar personal únicamente alguna de ellas: normalmente la última o últimas entrevistas personales.
En cualquier caso, recogemos en esta secciónalgunas de las pruebas que se pueden plantear, porque se trata de tipos comunes independientemente de quién ejecute el proceso.
En concreto, se destacarán las más habituales, ofreciendo la información que se considere necesaria para:
- Entender qué es y qué se pretende con cada una de esas pruebas.
- Afrontarlas correctamente, ofreciendo aquellos consejos que puedan resultar útiles en la práctica.
Pero ante todo, es importante entender que, no siempre se valora lo mismo. Cada trabajo requiere determinadas aptitudes, habilidades, capacidades…y lo que es imprescindible para un determinado puesto no siempre lo es para otro.
Pruebas más comunes en procesos de selección: